Frío y dudas en el entorno. Calor y seguridad dentro del vestuario. El PLG volvió a demostrar, en sus dos versiones, su calidad de insurrecto, de revolucionario, de equipo que se revela contra el orden establecido. Lo hizo el equipo filial, aplicando la primera derrota al líder de la categoría, el Estrudefer y lo repitió el primer equipo en Brihuega, con toda una lección de casta y garra.
PLG YUNQUERA B-ESTRUDEFER (5-2).
El pabellón de Yunquera se vistió con el traje de las grandes ocasiones. La cita lo merecía. La visita del líder de la competición, el mejor equipo de toda la Liga Local (hasta el sábado), que contaba todos sus partidos por victorias (13 de 13, a las que habría que sumar también la que se producía en el duelo ante el Guadapinsa), era un aliciente más que suficiente para alimentar la expectación en un pueblo que cada vez respira más fútbol sala. Pocos o muy pocos creían en la gesta de los yunqueranos, pero los que creían, los que sabían que se podía producir eran precisamente aquellos actores que más tarde escenificarían la heróica, los propios jugadores del PLG Yunquera B. Durante toda la semana, las ansias de victoria, las ganas de ser el primer equipo en estrenar el casillero de victorias del líder, se dejaron notar. Entrenamientos intensos y continuas muestras de hambre. Señales inequívocas de que algo grande podía suceder.
Desde el primer momento, los yunqueranos se tornaron en dominadores. Plantaron una defensa muy sólida en 12 metros anulando la movilidad del juego verdiblanco. Los de Alberto Moreno habían planteado el partido previendo una presión local, pero los yunqueranos encontraron refugio en su defensa, para más tarde intentar aprovechar su velocidad en las contras. Así llegaría el primer gol de la tarde, tras una contra de libro, con David y César haciendo una bonita pared. Apenas habían transcurrido dos minutos de partido. Pero el líder no estaba dispuesto a perder su vitola de invicto así como así. Y tras un córner, Rubio ponía de nuevo las tablas un minuto después. El partido se había tornado en continuo toma y daca en cada portería que hizo del encuentro un duelo bonito para el espectador. En una de esas llegadas locales, David pondría el segundo en el marcador y el delirio en las gradas (mayoritariamente apoyando al PLG). Los yunqueranos no tenían suficiente con eso y se lanzaron al ataque para intentar seguir golpeando a un líder tocado. Jesús pudo ampliar la cuenta tras una nueva buena combinación, pero la jugada se perdió en el limbo y en la contra siguiente, Calero, de jugada personal, ponía de nuevo las tablas. Faltaba más de media parte por jugarse, pero el marcador, tras un inicio vertiginoso no se movería. Y eso que Carlitos tuvo el 3-2 tras un lanzamiento de doble-penalti con el tiempo cumplido (su disparo se estrelló en la misma cruceta).
El trabajo había sido excepcional y las palabras en el vestuario en el tiempo de descanso hablaban de poder ("claro que podemos; se puede", gritaban los jugadores yunqueranos). Era la hora de la verdad. En la segunda mitad, el equipo filial se comió a su rival. Dominio del balón, control del tempo del partido, paciencia (una de las premisas para lograr la victoria) y elaboración. Las ocasiones se fueron sucediendo (hasta cuatro palos estrellaron los yunqueranos en este segundo acto), pero el gol se resistía. Los verdiblancos apenas podían crear peligro con disparos lejanos y ya empezaban a intuir que se les podían escapar los primeros puntos de la temporada.
Fue a falta de tres minutos, cuando David se fabricó un gol de auténtico lujo, que se coló por la escuadra y abrió el camino de la victoria local. El Estrudefer lo intentó con portero-jugador. Una combinación de Rubio y Calero a punto estuvo de convertirse en el empate, pero Diego, primero y Jesús, después, acabaron por sentenciar el choque y premiar la disposición, la entrega y la garra puesta ante el mejor equipo de la categoría.
Lo mejor llegó después del partido. Con las continuas muestras de deportividad del Estrudefer, un equipo señor donde los haya, que acabó disfrutando del tercer tiempo con el equipo yunquerano (la esencia de esta Liga Local en estado puro).
AZULEJOS BRIHUEGA-PLG YUNQUERA A (1-2).
No había acabado el sábado mágico para el PLG Yunquera. Los de Elías se presentaban en Brihuega para medirse al tercer clasificado de la Liga y tras demostrar al Chiloeches que no están en División de Honor como mera comparsa. Bien es cierto que el partido comenzó con los mismos contratiempos de toda la temporada: ausencias de jugadores, tardanza en la llegada de otros... Pero la filosofía de este equipo camina de la mano de la dificultad. Cuando más duras se ponen las cosas, cuando más trabas parecen presentarse es cuando el PLG muestra su mejor cara.
El Azulejos Brihuega se hizo dueño de la pelota desde el inicio del choque. Las rápidas transiciones de los locales llevaron cierto peligro a la meta rojiblanca, pero los yunqueranos, haciendo una nueva muestra de concentración y seriedad defensiva luchaban por mantener su portería a cero. En la primera llegada con cierto peligro de los yunqueranos a la meta briocense llegaría el primero de la tarde. Mario buscaba en largo a Polvorilla y en el intento del portero por adelantarse a la llegada del crack visitante se pasó de frenada, para dejar que el balón entrara manso en su portería. Este gol desesperó a los locales que veían como su dominio no se traducía en superioridad en el marcador. A falta de unos minutos para el final del primer tiempo, los de Chupín llegaban a la quinta falta, un aspecto que se tornaría en fundamental cuando a falta de 1 minuto para la conclusión del primer acto, Polvorilla aprovecharía el doble penalti provocado, magníficamente, por Rober.
Tras el descanso, la presión local subió enteros (tanto en la cancha como en la grada), un motivo más para hacer crecer la leyenda de la filosofía PLG. Las ocasiones locales se fueron sucediendo, pero se fueron estrellando contra la defensa numantina de los yunqueranos. A falta de 10 minutos para el final, los locales ponían toda la carne en el asador e introducían al portero-jugador. Continuó el acoso del cuadro azulejero, que obtuvo su premio a falta de cinco minutos y tras una sucesión de rechaces. Las cosas se complicaban, más aún cuando Iván veía la segunda amarilla y el cuadro yunquerano tenía que afrontar los dos últimos minutos con un jugador menos. El Brihuega continuaba con ataque de 5, lo que provocaba una enorme superioridad. Pero he aquí cuando los yunqueranos multiplicaron sus fuerzas, engrandaron su figura, lucharon hasta la extenuación para resistir esos dos minutos y lograr una victoria de mérito ante uno de los mejores equipos de la categoría (en una pista donde el líder, el Anvi, sucumbió con claridad).
PLG YUNQUERA B-ESTRUDEFER (5-2).
El pabellón de Yunquera se vistió con el traje de las grandes ocasiones. La cita lo merecía. La visita del líder de la competición, el mejor equipo de toda la Liga Local (hasta el sábado), que contaba todos sus partidos por victorias (13 de 13, a las que habría que sumar también la que se producía en el duelo ante el Guadapinsa), era un aliciente más que suficiente para alimentar la expectación en un pueblo que cada vez respira más fútbol sala. Pocos o muy pocos creían en la gesta de los yunqueranos, pero los que creían, los que sabían que se podía producir eran precisamente aquellos actores que más tarde escenificarían la heróica, los propios jugadores del PLG Yunquera B. Durante toda la semana, las ansias de victoria, las ganas de ser el primer equipo en estrenar el casillero de victorias del líder, se dejaron notar. Entrenamientos intensos y continuas muestras de hambre. Señales inequívocas de que algo grande podía suceder.
Desde el primer momento, los yunqueranos se tornaron en dominadores. Plantaron una defensa muy sólida en 12 metros anulando la movilidad del juego verdiblanco. Los de Alberto Moreno habían planteado el partido previendo una presión local, pero los yunqueranos encontraron refugio en su defensa, para más tarde intentar aprovechar su velocidad en las contras. Así llegaría el primer gol de la tarde, tras una contra de libro, con David y César haciendo una bonita pared. Apenas habían transcurrido dos minutos de partido. Pero el líder no estaba dispuesto a perder su vitola de invicto así como así. Y tras un córner, Rubio ponía de nuevo las tablas un minuto después. El partido se había tornado en continuo toma y daca en cada portería que hizo del encuentro un duelo bonito para el espectador. En una de esas llegadas locales, David pondría el segundo en el marcador y el delirio en las gradas (mayoritariamente apoyando al PLG). Los yunqueranos no tenían suficiente con eso y se lanzaron al ataque para intentar seguir golpeando a un líder tocado. Jesús pudo ampliar la cuenta tras una nueva buena combinación, pero la jugada se perdió en el limbo y en la contra siguiente, Calero, de jugada personal, ponía de nuevo las tablas. Faltaba más de media parte por jugarse, pero el marcador, tras un inicio vertiginoso no se movería. Y eso que Carlitos tuvo el 3-2 tras un lanzamiento de doble-penalti con el tiempo cumplido (su disparo se estrelló en la misma cruceta).
El trabajo había sido excepcional y las palabras en el vestuario en el tiempo de descanso hablaban de poder ("claro que podemos; se puede", gritaban los jugadores yunqueranos). Era la hora de la verdad. En la segunda mitad, el equipo filial se comió a su rival. Dominio del balón, control del tempo del partido, paciencia (una de las premisas para lograr la victoria) y elaboración. Las ocasiones se fueron sucediendo (hasta cuatro palos estrellaron los yunqueranos en este segundo acto), pero el gol se resistía. Los verdiblancos apenas podían crear peligro con disparos lejanos y ya empezaban a intuir que se les podían escapar los primeros puntos de la temporada.
Fue a falta de tres minutos, cuando David se fabricó un gol de auténtico lujo, que se coló por la escuadra y abrió el camino de la victoria local. El Estrudefer lo intentó con portero-jugador. Una combinación de Rubio y Calero a punto estuvo de convertirse en el empate, pero Diego, primero y Jesús, después, acabaron por sentenciar el choque y premiar la disposición, la entrega y la garra puesta ante el mejor equipo de la categoría.
Lo mejor llegó después del partido. Con las continuas muestras de deportividad del Estrudefer, un equipo señor donde los haya, que acabó disfrutando del tercer tiempo con el equipo yunquerano (la esencia de esta Liga Local en estado puro).
AZULEJOS BRIHUEGA-PLG YUNQUERA A (1-2).
No había acabado el sábado mágico para el PLG Yunquera. Los de Elías se presentaban en Brihuega para medirse al tercer clasificado de la Liga y tras demostrar al Chiloeches que no están en División de Honor como mera comparsa. Bien es cierto que el partido comenzó con los mismos contratiempos de toda la temporada: ausencias de jugadores, tardanza en la llegada de otros... Pero la filosofía de este equipo camina de la mano de la dificultad. Cuando más duras se ponen las cosas, cuando más trabas parecen presentarse es cuando el PLG muestra su mejor cara.
El Azulejos Brihuega se hizo dueño de la pelota desde el inicio del choque. Las rápidas transiciones de los locales llevaron cierto peligro a la meta rojiblanca, pero los yunqueranos, haciendo una nueva muestra de concentración y seriedad defensiva luchaban por mantener su portería a cero. En la primera llegada con cierto peligro de los yunqueranos a la meta briocense llegaría el primero de la tarde. Mario buscaba en largo a Polvorilla y en el intento del portero por adelantarse a la llegada del crack visitante se pasó de frenada, para dejar que el balón entrara manso en su portería. Este gol desesperó a los locales que veían como su dominio no se traducía en superioridad en el marcador. A falta de unos minutos para el final del primer tiempo, los de Chupín llegaban a la quinta falta, un aspecto que se tornaría en fundamental cuando a falta de 1 minuto para la conclusión del primer acto, Polvorilla aprovecharía el doble penalti provocado, magníficamente, por Rober.
Tras el descanso, la presión local subió enteros (tanto en la cancha como en la grada), un motivo más para hacer crecer la leyenda de la filosofía PLG. Las ocasiones locales se fueron sucediendo, pero se fueron estrellando contra la defensa numantina de los yunqueranos. A falta de 10 minutos para el final, los locales ponían toda la carne en el asador e introducían al portero-jugador. Continuó el acoso del cuadro azulejero, que obtuvo su premio a falta de cinco minutos y tras una sucesión de rechaces. Las cosas se complicaban, más aún cuando Iván veía la segunda amarilla y el cuadro yunquerano tenía que afrontar los dos últimos minutos con un jugador menos. El Brihuega continuaba con ataque de 5, lo que provocaba una enorme superioridad. Pero he aquí cuando los yunqueranos multiplicaron sus fuerzas, engrandaron su figura, lucharon hasta la extenuación para resistir esos dos minutos y lograr una victoria de mérito ante uno de los mejores equipos de la categoría (en una pista donde el líder, el Anvi, sucumbió con claridad).
2 comentarios:
Enhorabuena al PLG por vuestro triunfo y a Jorge por tu crónica que es bastante acertada.
Nosotros como bien dices llevamos todo el peso del partido pero apareció el problema que llevamos arrastrando toda la temporada, la falta de gol. Esta falta de gol nos hace precipitarnos, si ha esto le sumamos la guerra que tienen abierta con nostros los colegiados (y en especial el tiparroco del otro día que nos tiene sentenciados), y la fuerte defensa que hicistes sobrepasando muchas veces los límites del reglamento y que el arbitro paso por alto nos da como resultado el 1-2 definitivo.
En definitiva una derrota con la que damos un paso atrás en nuestras aspiraciones de estar lo más arriba posible con el objetivo claro de la 3º posición.
Saludos y desearos suerte para lo que queda de temporada de un yunquerano en al Azulejos y Pavimientos Brihuega.
PD: Jorge te librastes que Chupin no me dio la oportunidad de jugar para meterte un golito jejeje
Sabes Mariano que lo ibas haber tenido difícil, jejeje!lo mejor de ganar allí fue las risas que me voy a pasar cuando vaya a Brihuega, jajaja!
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