Por el PLG Yunquera jugaron: Javi, David García, David Robledo, Camacho y J. Robledo -quinteto titular-, también jugaron Rober, Punko, Cabano, Brutus, Sergio y Carlitos.
Goles: J. Robledo (3).
Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de la División de Honor de Guadalajara. Pabellón de Yunquera, cerca del centenar de personas presenciaron el choque.
El PLG tuvo un sueño, un reto. Lo asió fuerte con las manos, disipó la nebulosa que los envuelve y lo acarició, pero hubo de despertar, sudoroso, sobresaltado, sin haber alcanzado lo que buscaba. El reto no era otro que acabar con la imbatibilidad del Sepiolsa, líder y dominador de la competición. El sueño: confirmarse como una alternativa futura de poder y derribar los mitos que en torno a su rival se venían alimentando. Tuvo cerca ambos. El PLG fue mejor, gozó de mejores ocasiones, dispuso incluso de dos palos, tuvo mayor posesión... pero acabó perdiendo. Las razones son simples: Ante un rival como el del sábado no se pueden cometer errores y el PLG los tuvo (sobre todo en atrás). Ante un rival como el Sepiolsa necesitas tener la suerte de cara (dos de los goles azudenses vinieron en semifallo o tras rechace) y el PLG no la tuvo. Y ante un rival como el del sábado necesitas que el árbitro sea ecuánime y no regale nada al equipo "grande", algo que no ocurrió, pues se "comió" literalmente un penalti a favor del PLG y fue protagonista en el cuarto gol visitante y sobre todo, en una diferencia de criterio abismal.
Pero sería injusto darle al colegiado en esta crónica la importancia que se merece el equipo yunquerano, en su totalidad. Todo pundonor, todo raza, se vació desde el inicio hasta el final, tuvo contra las cuerdas a un equipo que cuenta con jugadores que toda la vida han jugado en categoría nacional (e incluso en División de Honor Nacional). La presión asfixiante a la que sometieron a la circulación de balón azudense hizo que el Sepiolsa no se sintiera cómodo en ningún momento, hizo que en numerosas ocasiones los azudenses se vieran obligados a tirar el balón fuera. Fruto de esa presión llegaron los dos primeros goles del PLG, obra de Javi, tras recuperaciones de balón. Tantos que hubieran servido para ir con ventaja al descanso de no ser por los fallos defensivos de la zaga local y el penalti no señalado por el árbitro. Carlitos, en su debut, mandó un balón al poste y otro al travesaño y el propio Javi tuvo otra gran ocasión que Chicharro desvió. Mientras, las acometidas azudenses no pasaban el centro del campo, salvo las dos que supusieron los dos goles (2-2 al descanso).
Tras el paso por vestuarios, el PLG continuó con su guión, con su presión en las líneas de pase y bloqueando el juego rival. Parecía mentira que todo un líder y varias veces campeón de Liga fuera zarandeado de esa manera. El sueño alcanzaba cotas máximas cuando llegaba el tercero de los locales. Quedaba mucho tiempo por delante, pero era el momento de dar descanso a David y a Javi para que afrontaran los últimos minutos con frescura (estaban siendo fundamentales en el juego), lo que unido a la baja por lesión de Camacho supuso un bajón en la intensidad defensiva del equipo que el Sepiolsa aprovechó a la perfección para hacer dos tantos en un minuto y voltear el marcador. Uno de esos tantos llegó tras una jugada en la que el colegiado permitió que el mismo jugador que sacara un saque de banda volviera a jugar la bola sin que nadie la tocase (tras tocar el balón el poste).
El esfuerzo había sido grande y los elementos habían confabulado en contra del PLG. Sólo quedaba la heróica, pero ésta no se apagó cuando Sergio, solo ante Zubi, le echaba el balón al cuerpo y David García desaprovechaba bajo palos la última oportunidad de los yunqueranos. El cuadro local malgastaba sus dos últimas balas, mientras que en un fallo defensivo, el Sepiolsa hacía el quinto.
Partido memorable del PLG, sin duda. Para el recuerdo, por el esfuerzo y por la lección que deja: al 100%, este equipo es capaz de competir con cualquiera. Lo único negativo es que los tres puntos volaron... Y es que a veces, el deporte, como la vida, no entiende de justicia.
Pero sería injusto darle al colegiado en esta crónica la importancia que se merece el equipo yunquerano, en su totalidad. Todo pundonor, todo raza, se vació desde el inicio hasta el final, tuvo contra las cuerdas a un equipo que cuenta con jugadores que toda la vida han jugado en categoría nacional (e incluso en División de Honor Nacional). La presión asfixiante a la que sometieron a la circulación de balón azudense hizo que el Sepiolsa no se sintiera cómodo en ningún momento, hizo que en numerosas ocasiones los azudenses se vieran obligados a tirar el balón fuera. Fruto de esa presión llegaron los dos primeros goles del PLG, obra de Javi, tras recuperaciones de balón. Tantos que hubieran servido para ir con ventaja al descanso de no ser por los fallos defensivos de la zaga local y el penalti no señalado por el árbitro. Carlitos, en su debut, mandó un balón al poste y otro al travesaño y el propio Javi tuvo otra gran ocasión que Chicharro desvió. Mientras, las acometidas azudenses no pasaban el centro del campo, salvo las dos que supusieron los dos goles (2-2 al descanso).
Tras el paso por vestuarios, el PLG continuó con su guión, con su presión en las líneas de pase y bloqueando el juego rival. Parecía mentira que todo un líder y varias veces campeón de Liga fuera zarandeado de esa manera. El sueño alcanzaba cotas máximas cuando llegaba el tercero de los locales. Quedaba mucho tiempo por delante, pero era el momento de dar descanso a David y a Javi para que afrontaran los últimos minutos con frescura (estaban siendo fundamentales en el juego), lo que unido a la baja por lesión de Camacho supuso un bajón en la intensidad defensiva del equipo que el Sepiolsa aprovechó a la perfección para hacer dos tantos en un minuto y voltear el marcador. Uno de esos tantos llegó tras una jugada en la que el colegiado permitió que el mismo jugador que sacara un saque de banda volviera a jugar la bola sin que nadie la tocase (tras tocar el balón el poste).
El esfuerzo había sido grande y los elementos habían confabulado en contra del PLG. Sólo quedaba la heróica, pero ésta no se apagó cuando Sergio, solo ante Zubi, le echaba el balón al cuerpo y David García desaprovechaba bajo palos la última oportunidad de los yunqueranos. El cuadro local malgastaba sus dos últimas balas, mientras que en un fallo defensivo, el Sepiolsa hacía el quinto.
Partido memorable del PLG, sin duda. Para el recuerdo, por el esfuerzo y por la lección que deja: al 100%, este equipo es capaz de competir con cualquiera. Lo único negativo es que los tres puntos volaron... Y es que a veces, el deporte, como la vida, no entiende de justicia.